Empiezan a palpitar nuevos aires en la industria. Después del plebiscito, la calma y la cordura empezó a teñir los mercados, y se han comenzado a tomar las decisiones de compras de terrenos, que permitan reponer el stock de suelo para proyectos 2022.
Las inmobiliarias definieron sus estrategias, planes y sistemas para hacer frente a este desafiante 2021. Un año donde cada movimiento debe ser pensado, cada riesgo medido, y donde se pondrá de manifiesto quienes cuentan con las competencias, empuje y creatividad para ser los protagonistas del próximo ciclo.
No obstante, hay que considerar que este despegue no carece de incertidumbres y problemáticas. Estamos aún ante un escenario líquido, complejo e inestable. Por lo mismo se requiere de nuevas estructuras organizacionales más flexibles, rápidas y adaptativas. Los proyectos requerirán de un nivel más elevado de conciencia urbano-inmobiliaria, y una permanente sintonía con el entorno, el medio ambiente y sus principales involucrados. Dicho de otra forma, la creación de valor inmobiliario hoy más que nunca va de la mano de la generación de una buena ciudad.
Debemos adaptarnos a estos nuevos paradigmas, a este cambio de conciencia colectiva, a este renacimiento inmobiliario. El desafío es escuchar, innovar, volver a lo simple y por sobre todo buscar "un buen vivir".
Carta publicada por Esteban González, Socio y Director de AGS Visión Inmobiliaria en Diario Financiero
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