Línea Directa Comunidad – El Mercurio
Sepa qué hay que tomar en cuenta si se elige para arrendar a otros o veranear con la familia, sea que se trate de casas, departamentos o parcelas. El lugar también es importante.
Se acerca el período de vacaciones y algunas familias están buscando un lugar donde salir con la familia a descansar. Unos cuentan con presupuesto para hoteles; otros arriendan cabañas o casas, mientras un grupo aprovecha de ocupar su segunda vivienda en la playa, el campo y ciudades dentro del país.
Como informa Esteban González, arquitecto y socio de AGS Visión Inmobiliaria -empresa dedicada a la asesoría estratégica en esta materia- el mercado de la segunda vivienda ha experimentado un crecimiento explosivo en las últimas dos décadas.
Aunque no es comparable con las cifras de la primera vivienda, esta alza se fundamenta en el aumento del poder adquisitivo de las familias -que han casi triplicado su PIB per cápita desde el 2000- y en la penetración de la clase media-alta y media como impulsores de este submercado que históricamente era dominado por los segmentos altos.
En cuanto al mercado, dice que este es diverso e incluye casas, departamentos y parcelas. Las ubicaciones, a su vez, son playas, lagos, campo y cordillera en varias regiones; por ejemplo, las de Valparaíso, Coquimbo, La Araucanía y Los Lagos.
Indica que quienes deciden comprar una segunda vivienda son principalmente familias adultas, que ven una doble función en esta adquisición: satisfacer sus necesidades de ocio y esparcimiento y, a su vez, buscar un activo inmobiliario que presente plusvalía o posibilidades de rentas atractivas, como es arrendarlas, en especial durante el verano.
Esto implica movilizar sus ahorros a un activo menos riesgoso que la bolsa y como una alternativa para mejorar sus ingresos en la jubilación.
Esteban González asegura que al elegir la segunda vivienda hay que considerar la cercanía a Santiago, lo cual permite disminuir la vacancia del inmueble, dada la tendencia creciente del aumento en los tiempos de viaje (debido al tráfico, y accidentes, entre otros factores).
Pese a que Santiago concentra la demanda, señala, existen “polos” de interés que igualmente son atractivos, independiente de la cercanía con la capital, como las primeras líneas costeras en La Serena y Coquimbo, áreas centrales en Viña del Mar, a orillas de lagos en sur de Chile o proyectos cercanos a centros invernales, entre otros.
En qué fijarse
Si está pensando en adquirir una segunda vivienda, el especialista sostiene que un factor importante en el cual fijarse es que los lugares seleccionados cuenten con atributos competitivos diferenciadores. Por ejemplo, condiciones naturales-artificiales atractivas o la cercanía a centros turísticos consolidados.
Desde su punto de vista, siempre es aconsejable buscar alternativas de inversión que garanticen un crecimiento del capital invertido. “Para lograr este objetivo financiero es relevante adquirir inmuebles que no sean productos masivos y que cuenten con ubicaciones privilegiadas o únicas como primeras líneas de borde en lagos o playas, donde la oferta no es ilimitada”.
Otro factor que destaca es la tasa de ocupación del inmueble, la cual se ve directamente afectada por la accesibilidad y la cercanía a grandes ciudades.
En este contexto, dice, Santiago actúa como el principal impulsor de la demanda y por ello es importante considerar opciones que permitan la mayor ocupación del inmueble.
Esto no solo durante la época estival, sino que la mayor cantidad de fines de semana del año, lo cual ayudará a mejorar los indicadores de arrendamiento o bien permitirá que sus propietarios disfruten más tiempo del inmueble adquirido.
Distribución Agrega que también hay que tomar en cuenta los objetivos de la compra y las preferencias familiares. Si la idea es arrendar el inmueble, su consejo es que disponga de espacios eficientes y una lógica de distribución estándar, que permita cautivar al mayor número de demandantes. Otros temas que se deben analizar son la intensidad del uso que se le dará al inmueble, lo que impacta en los metros cuadrados a adquirir o desarrollar. Si es para inversión, para uso familiar o mixto, es importante considerar la proyección del núcleo familiar a fin de no quedarse “chico” ni “grande” con la inversión, observa Esteban González. A su vez, advierte que se deben tomar en cuenta los hábitos de veraneo y el estilo de vida, lo que se reflejará en si es una vivienda donde principalmente se pernocta o si se utiliza en forma activa todo el día; si es un proyecto de vida o si se cuenta con un horizonte claro de ocupación, como podría ser el caso de ser una reserva para el retiro. Enlace El Mercurio
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